el lenguaje de la equivocasión
el lenguaje de la amistad
el lenguaje de la imposición
el lenguaje de la fertilidad
el lenguaje de la ausencia
es el mismo.
Es el mismo
el lenguaje que me juzga
y me ata
las manos a la espalda
a un ancla pesada
que se hunde con violencia,
al otro,
el que me detiene la cabeza
y me corre el pelo
mientras vomito.